Wednesday, September 06, 2006
Y llegó el día
El día en el que llamarse Parrús Hilton no significa ser un pase viviente a todos los saraos del planeta, por mú selectos que estos sean.
El pasado Jueves se dio un garbeo la señorita Justicia Divina por las puertas del club Bungalow 8. A Parrús Hilton se le denegó la entrada a una fiesta privada de los MTV Video Music Awards que allí se celebraba.
Los documentos gráficos de tan insólito acontecimiento dejan de piedra. Entre todas las afotos que le hicieron los desaprensivos de los paparazzis (gastaron flashes los mú mamones xD) en el que seguramente habrá sido el peor momento de todita su vida, yo me quedo con esta:
Su cara es un poema, pura tragedia griega. El denso maquillaje del que suele hacer gala ha cedido ante el mar de lágrimas que lo arrastra. No tiene fuerzas ni para tenerse en pie: sus tacones son ahora de mantequilla y no hay quien los levante. Con suerte al décimosexto valium cogen la consistencia necesaria y pueden alcanzar el deportivo que les lleven de vuelta a casa a llorar las penas.