Si pensabamos que no podía haber look de la Wino que nos sorprendiera, estabamos MUY equivocados. El look saludable en ella queda de lo más flasheante. Amy lucía nuevas lorzas, tetas y peinado en la caribeña isla de Santa Lucia. Joder, con esos kilazos que ha pillado, el peinado a lo prima hermana de Neneh Cherry y ese bronceado tropical, como para reconocerla.

¿Os imagináis unas navidades con la Wino y la Brisni juntas? Las Gateaux Fabulous sí:

El castigo me lo habría impuesto yo si no hubiera visto la serie online y me hubiese perdido la gala de GH. Es tremendo ver cómo de un argumento que podría dar mucho juego hacen una porquería. A los diez minutos te ríes de tu ingenuidad al pensar que la cosa podía estar bien, entonces recuerdas que es española (y sin gayers graciosos ni guerra civil de por medio, oyes).

La psicosis de la serie vendría a ser algo así: Cinco pijos malosos son enviados por sus padres a una granja para que les den las hostias que ellos nunca se atrevieron a darles, y así hacer de ellos hombres y mujeres de bien.

Durante los diez primeros minutos nos muestran a los cinco niñatos bajo una férrea vigilancia por parte de los tres guardianes (un granjero tarugo, un calzonazos vigoréxico y una doctora loca a la que unos adolescentes vivalapepa le atropellaron el churumbel) digna de Auschwitz, para después relajar el asunto y permitir que se disputen amoríos y encuentren la ocasión de folletear en el cuarto de las jaulas.

Aunque no lo parezca por las energías que les queda para enredos amorosos adolescentes, hacen trabajos forzados. Les hacen construir y derribar el mismo muro una y otra vez. Para la fase de derribo les dan cinco mazas como cinco soles, y nunca se les ocurre ni por asomo machacarle a los tres guardianes la cabeza, los pies o los bajos (lo que más a mano pille).

Cuando por fin deciden largarse todos, en la huída, los guardianes los persiguen en coche a 3kms/h. Tremendo.

Y como guinda del pastel, al cutre salchichero de Calparsoro le da por "inspirarse" para el final en La Naranja Mecánica y mearse en la tumba de Kubrick...

Apapachable Isabel Garcés tocando la pandereta y lo que se tercie.

Moría ayer jueves en un hospital de Los Angeles a los 85 años de edad la pin up por excelencia: Bettie Page. Tras una semana en coma provocado por un infarto.

Bettie Mae Page, hija del mecánico Walter Roy Page y la descendiente de cherokees Edna Mae Pirtle, nació el 22 de abril de 1923 en Nashville, Tennessee. Era la segunda de seis hijos. Cuando Bettie tenía 10 años, su madre se hartó de las infidelidades de su padre y mandó al mecánico a freir espárragos, quedándose sola al cuidado de los seis churumbeles. En 1939, ésta tuvo que internar en un orfanato a Bettie y sus hermanas Joyce y Goldie. Durante este tiempo Edna tenía dos trabajos: de día trabajaba como peluquera, y de noche en una lavandería. Betty dijo de aquella etapa que sus hermanas y ella fueron desdichadas, pero sobrevivieron, también que cada domingo su madre las visitaba y siempre les traía galletas, golosinas o fruta. En el orfanato aprendieron a coser, y jugaban a maquillarse y peinarse unas a otras (esto le sería a Bettie de gran utilidad años más tarde, ya que ella se encargaba de hacerse los bikinis y la ropa, y también de maquillarse y peinarse).

En los primeros años escolares fue mala alumna, pero con el tiempo destacó en las actividades académicas. Escribía para el periódico y la revista escolar, sacaba muy buenas notas y fue coordinadora en el grupo de teatro de su instituto. Se graduó, consiguió una beca y se licenció como profesora de inglés. Nuca ejerció. Después de licenciarse se apuntó a clases de interpretación.

En 1943, teniendo ella 20 años, se casó con Billy Neal, poco antes de que éste se enrolara en la marina para servir en la Segunda Guerra Mundial. Bettie estuvo viviendo en San Francisco (donde le ofrecieron su primer trabajo como modelo), Nashville, Miami y Haití (le encantaba este país). En noviembre de 1947, al volver a los Estados Unidos, se divorció de Billy Neal.

Tras su divorcio, trabajó brevemente en San Francisco y Haití. Se mudó a Nueva York con la esperanza de encontrar trabajo como actriz. Para mantenerse trabajaba como secretaria. En el verano de 1950, mientras paseaba por la playa de Conney Island, se topó con Jerry Tibbs, un policia negro aficionado a la fotografía que hacía ejercicio. Fue él quien le aconsejó que se dejara flequillo por tener la frente alta cual pared de frontón. Con sus fotografías logró aparecer en revistas populares de aquellos años como Eyeful, Beauty Parade o Wink.

En 1955 obtuvo el título de Miss Pinup Girl of the World, y después, los fotógrafos Irving Klaw y Bunny Yeager fueron quienes la convirtieron en un icono sadomasoquista. Con Klaw grabó varios cortos y películas de striptease. Ese mismo año posó como Miss Enero en Playboy.

En 1958 se casó con Armand Walterson y se mudó a Florida para desaparecer por completo de la vida pública. En 1959 abrazó la fe católica. En su biografía dijo al respecto: “Dejé de posar porque pensé que debía dejarlo mientras estuviera arriba. Tenía 34 años cuando me marché de Nueva York y abandoné mi carrera. Me fui a Florida, y justo antes del Año Nuevo de 1959, estaba caminando por una calle de Kay West, y sentí como si alguien me cogiera de la mano y me llevara hacia una pequeña capilla con una cruz de neón blanco que salía de ella. Escuché el sermón, y me costó mucho esperar al domingo siguiente para volver a oír al predicador. Pensé que Dios no quería verme nunca más haciendo nada relacionado con mi anterior vida”. Se hizo misionera católica en Angola.

Aunque parezca coña marinera, es real como la vida misma. Declaraba recientemente que siempre ha preferido estar en una banda que en solitario (¿y pa' qué carajo dejó tirados a sus compañeros en el '95, en pleno éxito?), que es mucho más divertido.
Cuesta creerlo sabiendo lo mucho que ha renegado siempre de las Boy Bands. Parece que se le hubiera aparecido algún amigo intergaláctico de esos con los que se lleva juntando de dos años para acá y le haya indicado que ese era el camino a seguir.

Dice que ha estado siguiendo con mucho interés y preocupación (sobre todo al principio) su vuelta. Será por esa preocupación inicial que se negó entonces a vover a formar parte del grupo. Ahora, que ve que con el nuevo disco 'The Circus' dejan en bragas al 'Circus' de Britney Spears en las listas de ventas y que debe sacar panoja urgentemente para no pasar fatiguita con la compra de su nueva mansión de siete millones de libras, disminuye la preocupación y crece el entuasiasmo.

¿Dejarán Gary, Mark, Jason y Howard que se les una en los vídeos un Robbie hinchado y su séquito de ovnis? Hagamos un ejercicio de visualización:

Take That - The Greatest Day

Con todo el parné que cuesta un rodaje y el éxito que tiene la serie, ¿no podría telecinco cuidarse un poco más de chivatazos sobre grabación de exteriores? Me niego a pensar que el spoilerazo gráfico (porque lo de saber que la serie puede acabar fetén o malamente, lo sabe todo ros sin necesidad de spoilers) sobre los dos posibles finales de la serie sea cosa de la propia productora.

Si hace un par de semanas era Cuore la que destripaba con fotos bastante obvias la muerte del Duque, esta semana Diez Minutos completa la información dada por estos y spoiletea con cantidad de fotos paparazzunas el final fetén. Ojo, que no se conforman con capturas del rodaje, que dicen hasta si Amaia Salamanca se depila las cejas en alguna escena del capítulo final.

Por no herir sensibilidades catódicas, pongo los spoilers king size en enlaces. El que quiera, que pinche en ellos :P

Perdices

Perdigones


hola, zoy un guionista zuper zezudo!

Lo que sí sabemos seguro es que STNHP tiene más bien poco futuro después de cualquiera de estos dos finales. Miguel Ángel Silvestre quiere hacer cine y ha dicho que con él no cuenten para otra temporada ni jartos de vino. Una opción en el aire es que la serie continue con Amaia Salamanca y sus amigas, pero, seamos francos, sin el Duque adiós audiencia mojabragas (lo que viene a ser el 85% de la total).

Hasta la kona misma de la pesada promoción con la cancioncita de la cabecera estas últimas semanas —he estado teniendo pesadillas con el batiburrillo lírico ese de "hablan, cantan, cuentan, dicen ndbfrthyoiojouklkfjotj... la princesa"—.

Quizás por ese hartazgo, pese a que me pirro por la primera serie de adolescentes que me cruzo, me puse a ver el estreno con predisposición poco amigable. Los guiones cutres y las actuaciones torpes y forzadas son factores obligados —y un gran aliciente para mí— en este tipo de series. Pero hubieron dos personajes que me impidieron disfrutar del chou. Ver a Sara Da Pin Up, con sus veintisiete ajados años —la bulimia hace bien poco por el cutis—, vestida con unos pantalones stolen from MC Hammer y rodeada de niñatos que realmente tienen la edad del personaje —hubiera preferido que hicieran como en Al Salir de Clase y todos fueran viejunos— pudo conmigo. Y para colmo, asoma el casco de pelo y laca el cantante de los Melocos... y si eso no fuera poco, encima habla! No mucho, para que la gente no se cosque de que no se le entiende un carajo con ese acento pijo andalú.

Sabiendo de mi naturaleza masoquista, es de suponer que esta tarde volveré a verlo.

Os dejo con el único jit que ha tenido nunca Laia/Sara da Pin Up/Sara Velázquez. Para que suframos un poco todos juntos :P

Últimamente es costumbre que en cualquier libro, serie o película que trate el tema vampírico haya un protagonista con colmillos que se niegue a aceptar su naturaleza, que se aferre a los valores humanos de manera irracional y quiera formar parte de la sociedad como cualquier otro hijo de vecino. Por ello es que renuncian a la caza de humanos, y pasan a alimentarse de botellas de sangre sintética (Bill, True Blood), sangre de fiambre embolsada y comprada en la morgue de confianza (Mick, Moonlight), se van de picnic animal con la familia al bosque más cercano (Edward, Twilight) o se mercan unos litros de sangre vacuna en la carnicería más cercana (Spike, Buffy Cazavampiros).

Éste último cambió sus hábitos alimenticios y morales por el amor de una mujer, que diría el gran Julio Iglesias. Y es que las protas humanas no podrían enamorarse de ellos si se trincaran al día unos dos o tres individuos —no, ni siquiera si estos fueran contertulios de izquierdas de la mesa política de La Noria—. Es del todo impensable que los acepten por lo que son, dejando de lado sus principios morales. Para que se aprecie más el esfuerzo del vampiro prota y se le coja más cariño, suelen incluir a otro vampiro cercano al vampiro bondadoso —un jefe, un mejor amigo o un archienemigo—.

Por todo esto me sorprendió que en la peli Let the Right One In —película altamente recomendable y leitmotiv del post— se salieran del molde de moda. Oskar es un chaval de doce años, víctima de bullying, que entabla amistad con Eli, una vampira que le iguala la edad humana, pero que le saca unos 188 años reales de diferencia. Eli no tarda en confesarle lo que es, y que mata por necesidad, y él lo acepta sin prejuicio alguno —aún habiendo sido testigo del MO de ésta—.

Llega diciembre, y con él, mi fiesta favorita del año. Buscando repertorio para mi recopilación navideña, me he topado con estos simpáticos villancicos cantados por gatos y perros. Seguro que mi perro disfrutará oyéndolos, hasta hará los coros, y a los coros del perro se sumarán los de mis vecinos ciscándose en toda mi estirpe. Navidad para todos, felicidad para todos.

Jingle Cats - White Christmas





Jingle Cats - Silent Night



Jingle Dogs - Jingle Bells