El castigo me lo habría impuesto yo si no hubiera visto la serie online y me hubiese perdido la gala de GH. Es tremendo ver cómo de un argumento que podría dar mucho juego hacen una porquería. A los diez minutos te ríes de tu ingenuidad al pensar que la cosa podía estar bien, entonces recuerdas que es española (y sin gayers graciosos ni guerra civil de por medio, oyes).

La psicosis de la serie vendría a ser algo así: Cinco pijos malosos son enviados por sus padres a una granja para que les den las hostias que ellos nunca se atrevieron a darles, y así hacer de ellos hombres y mujeres de bien.

Durante los diez primeros minutos nos muestran a los cinco niñatos bajo una férrea vigilancia por parte de los tres guardianes (un granjero tarugo, un calzonazos vigoréxico y una doctora loca a la que unos adolescentes vivalapepa le atropellaron el churumbel) digna de Auschwitz, para después relajar el asunto y permitir que se disputen amoríos y encuentren la ocasión de folletear en el cuarto de las jaulas.

Aunque no lo parezca por las energías que les queda para enredos amorosos adolescentes, hacen trabajos forzados. Les hacen construir y derribar el mismo muro una y otra vez. Para la fase de derribo les dan cinco mazas como cinco soles, y nunca se les ocurre ni por asomo machacarle a los tres guardianes la cabeza, los pies o los bajos (lo que más a mano pille).

Cuando por fin deciden largarse todos, en la huída, los guardianes los persiguen en coche a 3kms/h. Tremendo.

Y como guinda del pastel, al cutre salchichero de Calparsoro le da por "inspirarse" para el final en La Naranja Mecánica y mearse en la tumba de Kubrick...