Querida amiga, esteta, musa y faro espiritual:

He sabido hoy por Ana Rosa que en un enésimo intento por recuperar la fama y simpatía popular de las que disfrutabas en vida de Pedro te has abierto las venas.

¿Por qué? Tanto tú como yo sabemos que darse un atracón de pastis y abrirse las venas está muy visto y no te asegurará una visita al plató de Dónde Estás Corazón. Visto que afortunadamente has salido de esta, me veo en la obligación de ofrecerte alternativas menos agresivas y vistosas para próximos intentos:

1.- Cuélgate con extensiones de pelo a la lámpara de araña de la pelu pocos minutos antes de que lleguen tus empleadas. El riesgo es mínimo y la difusión mediática máxima (menudas sois las esteticienes).

2.- Consíguete en una disco latina de mala muerte a un súbdito del Dios Pachacamac que gaste redecilla en el pelo, coloridos trajes de chaqueta à la Marc "Crockett" Ostarcevic y un coche que siendo el plomero que dice ser no se pueda permitir ni de coña. El caché bajará por no ser muy novedosa la historia dada tu hoja de vida amoroso-mercantil, pero con los chanchullos del mozo y los chorrocientos conocidos que vayan a lavarle los trapos sucios, tendrás una buena temporada un sillón fijo en los programas del coraçao.

3.- Nos colocamos una viserita con barras y estrellas y cruzamos el charco en busca de inspiración. Allí vemos cómo el "clam power" triunfa entre los hijos de Ronald McDonald. Has de conseguir convertirte en una oronda Lindsay Lohan (Rosie O'Donnell es demasiado sobria para ti). Lo ideal sería que consiguieras colarte en el Canal Andalucía y camelarte a María del Monte con un sensual masaje capilar (desde la coronilla hasta la barba). Somos conscientes de lo dura de roer que puede ser la tonadillera, así que no desesperes si no triunfas en esta empresa. La segunda opción es coger a alguna clienta que te deba mechas y pedicuras varias y proponerle el negocio. Para compensar el anonimato de tu nueva compañera de business, puedes asegurar con lágrimas en los ojos que no es que seas bollera, sino que ella es especial, un ser de luz que te ha hecho ignorar el envoltorio.