No puedo con el nuevo anuncio de colchones Flex. Es superior a mis fuerzas: me da un repeluco astronómico. Mezcla la cursilería del último anuncio de Coca Cola (ése en el que un viejuno al que le quedan dos obras por dirigir va a conocer y darle el speech un crío que acaba de nacer) con la cerdez más absoluta. Vale que no es agradable observar mientras sorbes los noodles a una tía sudorosa cagar una criatura de lao (es un trabajo sucio que alguien tiene que hacer por la supervivencia de la especie, lo entiendo, pero joder las comidas al personal tampoco es necesario), pero lo que más me perjudica el estómago es lo que dice la parturienta:

Se queda una luz, un olor y un calor en este espacio cuando llega una vida muy muy especial.

Nosajodío, pos claro que se queda un olor muy especial: ¡A gato muerto! También se le ha olvidado mencionar el colorcito con el que acaba el colchón.

Como me he prometido a pí pispa ser constructiva en vez de destructiva (¡destrustoreh!), voy a darles ideas a estos publicistas para que sigan con esta serie de anuncios. Se me ocurre que podrían seguir la vida del nene que nace por su colchón. Así veríamos sus escapes de pis, su primer sueño húmedo, la primera paja, el primer polvete... y así hasta ver al muchacho con la mortaja puesta. Y como mantener el mismo colchón es importante y mágico del carajo, a esas alturas el colchón debe estar hecho un cuadro abstracto genial, digno de ser expuesto en las mejores galerías de arte.

Por si algún afortunado no lo ha visto. Es un placer compartir L'HORREUR con vusotros ustedeh: