Tiene guasa que cuando mejor se vea --en lo que a figura se refiere--es estando preñada de unos cuantos meses. A Britney no solo le ha quitado cartucheras y patorras el embarazo, sino que también le ha dado un par de woltios de luces. Manque alguien deberia de decirle que eso de salir a la calle con rulos no deja muy buena imagen.

Ha decidido abandonar al gorrón de su marido Kevin Federline que amén de dilapidar su fortuna forjada a base de beber litros de Pepsi y dar algun que otro concierto, no hacía más que cornearla a diestro y siniestro.

Cómo será de caradura y vividor el tío, que mientras entonaba "del barco de chanquete no nos moverán", se ató a la chimenea de la mansión, obligando a una preñadisima Britney a coger el churumbel, el maletón de Louis Vuitton y echar por patas a ca' la mama. Cuánto Fidel Albiac suelto...

Ha empezado con el papeleo para desembarazarse del gorrón, y yo que me alegro. Parece que va sentando cabeza, ya hasta lleva un canguro de apoyo por si se cansa de llevar al niño en brazos o le da por beberse un capuccino, para no esturrear a la criatura.